Hablemos de nuevo de la aversión, en esta ocasión si además quieres profundizar, puedes acceder al ejercicio que aparece al final del artículo, para que puedas practicar. Porque como siempre te digo, la teoría sin práctica no sirve de mucho.
Bien, entonces tengamos en cuenta que la aversión, es el rechazo que todos sentimos hacía algo que no nos gusta. Este rechazo puede ser causado por algo interno o por algo externo que viene de fuera de nosotros, como por ej.:
Imagínate que te sirven un plato de sopa con una pinta horrorosa; 0 que aparece delante de ti una fiera peligrosa, al rechazarlos o salir corriendo, estarás protegiendo tu salud o tu vida.
Sin embargo cuando una emoción o un sentimiento desagradable te generan rechazo. Lo que sucede es muy diferente ya que nada de eso puede hacerte un daño real. Por lo tanto se genera un conflicto interno que provoca que las emociones negativas. Se vuelvan el doble de negativas, produciendo el doble de dolor.
Te voy a poner un ej. práctico que seguro te ayudará a entenderlo mejor:
Seguro que has tenido insomnio más de una vez, y estoy convencida de que cuando no puedes dormir. Lo que haces normalmente es pelearte con esa situación y dar vueltas y más vueltas, enfadarte y enfadarte.
¿Qué es lo que ocurre al día siguiente?
Lo que ocurre al día siguiente, es que además de no haber dormido. Estás enfadado, cansado, de mal humor y seguramente te encuentras fatal.
Ahora bien, si tienes insomnio, porque no te puedes dormir. Y entonces respiras hondo, te tranquilizas, aceptas, lo que te está ocurriendo e intentas descansar pese a no poder dormir. Por lo tanto al día siguiente no habrás dormido, pero no estarás tan cansado, tampoco estarás enfadado. Simplemente habrás dormido poco, pero habrás podido descansar en la medida de lo posible, acostado en la cama, pendiente de la respiración, pensando en algo agradable, o haciendo una actividad relajada que te guste, como escuchar música o leer.