ASERTIVIDAD

Para mejorar tus relaciones sociales es necesario aprender a poner límites saludables.

Y una buena forma de poner esos límites es siendo una persona más asertiva.

REGALO

Vamos a definir entonces qué es la asertividad:

Para que puedas tener  una buena comunicación, la asertividad y la empatía son fundamentales. Hoy vamos a poner toda nuestra atención en la asertividad.

La asertividad consiste en la capacidad de gestionar nuestras emociones, pudiendo dar nuestras opiniones sin miedo a las consecuencias. Ser capaces de expresar lo que sentimos de forma clara, sin agredir y sin sentirnos ansiosos e incómodos a causa de lo que estamos diciendo. Si somos capaces de ser asertivos nuestra comunicación mejora y nuestras relaciones también lo hacen.

¿Y qué es lo que entendemos como una buena comunicación?

Una buena comunicación es fluida y funciona en las dos direcciones. Yo puedo expresar lo que necesito y lo que siento con tranquilidad, y además puedo recibir también las necesidades y peticiones de los demás, sin enfurecerme ni perder los papeles.

Existen cuatro tipos de comunicación verbal que son:

Agresiva

Pasivo-agresiva

Pasiva

Asertiva

Las dos primeras están cargadas de victimismo. Así que normalmente cuando nuestra comunicación es muy agresiva o, por el contrario, pasivo-agresiva, no solo se trata de darnos cuenta del tono de voz o la entonación, sino de ver por qué nos estamos defendiendo o por qué nos sentimos atacados. Una persona asertiva defiende sus ideas sin atacar y haciéndose responsable de cómo se siente.

Si quieres saber si te expresas con asertividad o caes en el victimismo una y otra vez…

Vamos a ver la diferencia entre una persona victimista y otra que se hace responsable de su propio malestar:

Una persona victimista tiende a pedir las cosas haciendo reproches (p. ej.: «¿Me traes un tenedor? ¿¡Es que no sé yo si pones muy bien la mesa!?»). En vez de decir «estoy enfadado porque me he sentido mal», utilizará frases como «me haces enfadar», «me molestas» o «tú tienes la culpa de que yo me sienta mal».

Una persona victimista también suele culpabilizarte de su comportamiento. Por ejemplo: «Te he dejado plantado porque no me haces el caso suficiente, es culpa tuya; si te portaras bien, no te gritaría», etc.

En su trabajo, una persona victimista podría decir: «No terminé el proyecto a tiempo porque nadie me ayudó, aunque todos saben lo difícil que es para mí», en lugar de asumir la responsabilidad de gestionar su tiempo y pedir ayuda cuando la necesitaba.

En las relaciones familiares, podrían usar frases como: «Siempre tengo que hacerlo todo yo porque a nadie le importa lo suficiente», lo que muestra una tendencia a evitar la responsabilidad compartida y a generar culpa en los demás por no cumplir sus expectativas.

Las personas victimistas, o bien aquellas que adoptan esta conducta, tienen dificultades para ponerse en el lugar del otro, escuchar sus razones o simplemente entender las diferentes personalidades, caracteres, etc. Suelen interpretar las acciones y palabras de los demás como ataques personales o negligencia intencionada, lo que refuerza su sentimiento de ser constantemente maltratadas o ignoradas.

A continuación, te invito a rellenar el siguiente  test para que puedas valorar cual es tu nivel de asertividad.


TEST DE ASERTIVIDAD

¿Cómo lo hacemos?

Escribe un 3 si la respuesta es siempre, un 2 si la respuesta es a veces, y un 1 si la respuesta es nunca

 SiempreA vecesNunca
Reconozco la diferencia entre reproche y petición y puedo pedir las cosas sin hacer reproches.   
Puedo ser amable y decir cosas agradables a mis amigos, compañeros, familiares etc.   
Me pongo en el lugar del otro con facilidad.   
Puedo expresar mis sentimientos abiertamente.   
Admito mis errores sin sentirme incómodo por ello.   
Cuando experimento emociones negativas por culpa de otros me enfoco en mis sentimiento y los resuelvo.   
Puedo pedir explicaciones siempre que lo necesito.   
Digo que si, o que no, con plena libertad sin sentirme obligado e incómodo.   
Puedo decirle a las personas que me he sentido ofendido sin acusaciones.   
Se qué decir cuando recibo un alago.   
Puedo mantener el contacto visual cuando expreso mis sentimientos, deseaos o necesidades.   
Puedo vivir según mis propias necesidades aunque mi entorno no esté de acuerdo.   
Pido ayuda siempre que lo necesito.   
Utilizo los conflictos de forma constructiva.   
Confío plenamente en mis capacidades.   
Puedo expresarme sin querer imponer mi opinión .   
Ante un enfrentamiento entre 2 o más personas soy capaz de mediar en el conflicto.   
Pido con facilidad a otra persona algo que le he prestado con anterioridad.   
No me cuesta devolver cosas defectuosa o en mal estado por las que he pagado.   
Puedo hablar sin problema de mi vida personal cuando me preguntan.   
TOTALES   
RESULTADOS

De 55 a 60 puntos
Eres una persona asertiva y sueles actuar de la forma más apropiada cuando se presentan este tipo de situaciones.
 
De 45 a 55 puntos
Tienes desarrolladas muchas de las habilidades asertivas que necesitas para tu día a día aunque hay algunos aspectos que se pueden mejorar.
 
De 35 a 45 puntos
Eres ligeramente asertivo y necesitas trabajar aquellos comportamientos que te ayuden a ser más asertivo y a mejorar tus habilidades sociales. 
 
De 20 a 35 puntos
Tienes dificultades para ser asertivo y necesitas un trabajo en profundidad que te ayude a mejorar tu comunicación.

Si tu puntuación ha sido muy alta, ¡enhorabuena! Aquí nos despedimos. Pero si tienes cositas que mejorar, te recomiendo te quedes un poquito más.

 La asertividad está directamente relacionada con los límites saludables y  con el respeto por uno mismo y por los demás.

Saber comunicar lo que queremos decir es fundamental para que las emociones negativas no nos invadan, a continuación voy a compartir una fórmula infalible que va a ayudarte a comunicar mejor, aquello que quieres decir sin sentirte abrumado por las emociones negativas que surgen a la hora de pedir cosas a los demás. 

Cuando

(Exponemos los hechos)

Me sentí (o me siento)

(Mis sentimientos)

Yo necesito

(Mi historia)

¿Estarías dispuesto/a?

(Petición)

Si acordamos encontrarnos a una hora determinada y tú llegas tarde:

Me siento molesta
Yo necesito seriedad y respeto
¿Estarías dispuesto a llegar mañana a las 15:00 h de la tarde en punto tal y como habíamos quedado?

La persona que hace la solicitud tiene derecho a hacer cualquier petición, mientras que la otra persona es libre de decir que sí o que no. Si el compañero que hace la petición no acepta un no por respuesta, entonces es una orden, no una petición. Ante una orden sólo caben dos posibilidades: someterse o rebelarse.

Así que cuando utilizamos este tipo de fórmula, lo hacemos abiertos a que la otra persona nos diga que no. Esta es la base de la asertividad y los límites saludables.