El mes pasado mencioné que hablaría sobre relaciones, sin embargo, después de reflexionar un poco, he visto más apropiado abordar la importancia de los valores aplicados tanto en las relaciones de pareja como en todo tipo de relaciones.
Empecemos por definir qué son los valores: son aquello que queremos ser y que define cómo queremos interactuar con nuestro entorno, representando el tipo de persona que aspiramos a ser.
Aunque a veces pueda parecer lo contrario, los valores no son objetivos, ya que los objetivos se alcanzan o no. Sin embargo, los valores son como un camino o un rumbo; quizás no siempre seamos respetuosos, pero esa es nuestra dirección. Si la honestidad es un valor importante para mí, mis acciones tenderán a acercarse más hacia ese valor.
Quizás entender qué son los valores no sea del todo sencillo, así que a continuación te presentaré una lista de cosas que muchas veces pensamos que son valores pero en realidad no lo son:
- Los valores no se limitan a emociones o pensamientos: sentimientos como la felicidad, la confianza o la ansiedad no constituyen valores.
- Los valores no equivalen a necesidades o deseos. Las cualidades y características que buscamos en una pareja no son valores, sino las necesidades que llevamos a nuestras relaciones.
- Los valores no están condicionados por resultados inmediatos. Se reconocen por su consistencia y efectividad a largo plazo en nuestras acciones.
- Los valores rara vez entran en conflicto entre sí. Por ejemplo, si valoramos la productividad y el éxito en el trabajo, así como también pasar tiempo de calidad con la familia, aparentemente podrían parecer en conflicto. Sin embargo, en realidad representan ámbitos distintos que deben ser considerados por separado: trabajo por un lado, familia por otro.
Todos tenemos esquemas de comportamiento que aparecen cuando menos lo esperamos, donde surgen emociones negativas que nos hacen sufrir y reaccionar de forma automática. Tener claros nuestros valores y guiarnos por ellos para actuar de manera diferente puede ser una estrategia muy útil para mejorar nuestras relaciones.
- ¿Tienes claro qué clase de persona quieres ser?
- ¿Cómo quieres ser recordado por las personas que te quieren?
- ¿Qué clase de pareja quieres ser cuando te sientas triste?
- ¿Qué clase de persona quieres ser cuando estés enfadado o enfadada?
Contestar a estas preguntas puede ayudarte a entender cuales son tus valores por un lado y si estás alineado con ellos, por el otro.
Recuerda que los valores no son un objetivo que alcanzar, sino principios que nos guían en nuestro día a día.
Por lo tanto, no siempre recibirás reconocimiento por vivir según tus valores. Por ejemplo, si la gratitud es un valor importante para ti, expresar gratitud a menudo hacia tu pareja y las personas que te rodean puede ser una manera de vivir ese valor. Al recordar esto, podemos enfocarnos en vivir nuestras vidas de manera coherente con nuestros valores, en lugar de buscar validación externa.
Espero que este tema te haya resultado interesante. Lo iré ampliando en siguientes artículos, ya que entender qué significa estar alineado con nuestros valores y adoptar conductas en relación a ellos puede ayudarnos a mejorar mucho nuestro bienestar emocional.
¡Hasta pronto!