Descubre Cómo el Mindfulness Puede Cambiar tu Relación con la Ansiedad

El mes pasado te hablé del propósito de la ansiedad y te expliqué cuál es la función biológica de esta emoción. Hoy me gustaría ampliar un poco este tema y contarte por qué el mindfulness es la mejor forma no solo de superar la ansiedad, sino también de prevenir sus recaídas.

Te hago un breve resumen de qué es la ansiedad, por si no leíste el artículo del mes pasado o simplemente te apetece refrescar un poco la memoria:

La ansiedad nos avisa del peligro y nos aporta la energía para tomar acción y salir airosos de cualquier situación peligrosa o comprometida. Es una emoción que nos ha permitido sobrevivir a lo largo de la historia del ser humano y es una gran aliada.

Es evidente que la ansiedad, como emoción, si entendemos su motivación positiva y su propósito, es muy útil, tal y como ya te he contado en otras ocasiones.

Por qué es importante que te aprendas como un mantra que las emociones no son ni buenas ni malas, son y están por algo.

Y la ansiedad no se sale de esta regla, es una emoción que nos ayuda en la vida, como todas las demás, aunque nos sintamos mal cuando aparecen. El problema cuando las emociones negativas surgen es cuando reaccionamos con aversión y reaccionamos con resistencia a aquello que sentimos. Es en ese momento cuando nuestra ansiedad puede llegar a convertirse en un trastorno psicológico o en una emoción muy desagradable que nos amarga la existencia.

Uno de los problemas más importantes que tenemos que tener en cuenta es que la ansiedad puede aparecer ante un problema real o algo que solo está sucediendo en nuestra mente, ya sea porque nos adelantamos a los acontecimientos o porque nuestro cuerpo reacciona ante estímulos externos que no son peligrosos de una forma exagerada. Al experimentar los síntomas propios de la ansiedad, perdemos el control, poniéndonos más y más ansiosos.

Saber cómo funciona el mecanismo de la ansiedad, entender la emoción y no asustarse ante los síntomas es fundamental para no caer en sus garras.

¿Y cómo podemos aprender y familiarizarnos con esta emoción que puede generar tanto malestar? El mindfulness es una disciplina muy adecuada, no solo para mejorar sus síntomas, sino también para no tener recaídas si ya ha superado un trastorno de ansiedad severo o has tenido que tomar medicación o someterte a un tratamiento.

El mes pasado hablábamos de la ansiedad, como emoción, y este mes hablamos del trastorno, de aquello que ocurre cuando los síntomas se agravan y se convierte en un estado crónico con unos síntomas concretos. Que nos hacen sentir enfermos y desesperados porque los trastornos de ansiedad son muy difíciles de llevar para aquellas personas que los padecen. Se sienten bastante mal y su entorno no siempre entiende lo que les ocurre.

Ya que los síntomas que sentimos cuando tenemos ansiedad son muy incómodos, nuestro inconsciente recurre a ciertas estrategias para aliviar la sintomatología, estoy segura de que aquí te identificas, porque todos en algún momento hemos sentido ansiedad y hemos comido de forma impulsiva, tomado drogas de cualquier tipo, internet o cualquier cosa adictiva que se te ocurra, el mapa es muy amplio.

Por desgracia, los resultados no son los deseados, a corto plazo nos calman, pero a largo plazo o bien te generan adicciones malas para tu salud, te engordan o te hacen sentir peor.

Por suerte, la meditación es un hábito con el que aprendes a entender y gestionar lo que sientes. Y en cuanto le coges el tranquillo, te genera una dependencia sana con unos resultados excelentes a medio y largo plazo que son irreversibles.

Meditación y mindfulness contra la ansiedad

La meditación ayuda principalmente porque aprendes a identificar el funcionamiento de la mente y poco a poco entrenas la conciencia para que se centre en el presente, en lo que ocurre en cada momento, sea positivo o negativo, sin pelear ni juzgar nada de lo que está sucediendo.

Además, estás en contacto directo con la respiración que por sí misma te calma y te tranquiliza de forma muy eficaz. Por supuesto, es importante hacerlo de la forma adecuada. También se incorporan a las prácticas relajaciones y visualizaciones que ayudan a calmar y parar la mente inquieta.

Y, como siempre digo una y otra vez, esa parte tan importante dedicada a la inteligencia emocional y al para qué de todo lo que sucede en tu mundo interior, que es un conocimiento fundamental para no luchar con nada de lo que nos pasa a nivel emocional.

No te voy a engañar, decirte que el mindfulness es un milagro que funciona en poco tiempo, no es cierto. Es una disciplina que requiere práctica, en la que notarás sus beneficios a medio plazo. Eso sí, todo lo que aprendes hace cambios cognitivos irreversibles.

¿Sabías que, además, no todo es meditar de forma formal o pautada? Poco a poco vamos incluyendo en nuestro día a día el hábito de la meditación en todo lo que hacemos. Prestamos atención a todo el proceso de ducharse, de lavar los platos, de caminar, de conducir, de comer, etc.

Con esta práctica informal, sin darte cuenta, también estás trabajando para gestionar tu ansiedad, porque mientras tu mente se centra en saborear un alimento o en sentir el agua caliente mientras te duchas, no estás pensando en lo difícil que va a ser pedirle un aumento de sueldo a tu jefe cuando llegues al trabajo. Y de esta manera, solo sientes las sensaciones del presente.

Cuando llegue el momento de enfrentarte al aumento de sueldo, vivirás aquello que suceda y le harás frente con aceptación, o solucionaras el problema cuándo esté sucediendo, haciendo frente a las emociones que surjan en el momento.

Espero que este post de hoy te haya servido para entender un poco mejor qué es el mindfulness y por qué mejora los estados de ansiedad. Hay muchos estudios que avalan todo esto que te cuento hoy y, además, veo clientes que mejoran sus síntomas en mi consulta (puedes ver algunos testimonios al final de la siguiente página). Hay personas que consiguen encontrarse mejor y sacar mucho partido a la meditación.

¿Te atreves a probar?