Mindfulness e inteligencia emocional una buena forma para sacarle partido a tu tiempo.
¿Quieres afrontar mejor el estrés?
Acaba el verano y la mayoría volvemos a la normalidad, termina el buen tiempo y con él las vacaciones, sobre todo de los más pequeños ya que los adultos seguimos en la mayoría de los casos con nuestras rutinas, trabajos y obligaciones. Por consecuencia las ciudades están más tranquilas y pese a nuestros trabajos nosotros también. En definitiva, los días son más largos y el buen tiempo favorece el ocio y los planes divertidos.
Por lo tanto con el cambio de tiempo comienza el cole y con él empezamos también con las actividades desenfrenadas. Es ahora cuando llenamos nuestras agendas de actividades, cursos y extraescolares. Es más los niños empiezan los deportes, las clases de inglés, la danza, el teatro etc. y los adultos… Pilates, gim, yoga, masters, cursos y todo lo que se nos ocurra.¡Es una locura!
¿Cómo afecta todo esto a nuestro día a día?
Pues nos mantiene con la sensación de que no nos da la vida, expresión muy extendida entre los adultos estresados. ¡Claro que nos da la vida, nos da para todo! Por lo tanto he aquí el dilema….
Nos da para todo lo que somos capaces de llevar y soportar. Así mismo nuestras personalidades, estilos de vida, forma de ser y valores son los que principalmente dictaminan para que nos da la vida.
Así mismo nuestros cuerpos son los que mejor saben lo que podemos soportar en nuestro día a día sin sufrir una sensación constante de que no puedo con el ritmo de mi vida. Es más mi cuerpo me envía señales a través de las sensaciones físicas, dolores, tensiones e incluso dolencias nerviosas y además por supuesto intervienen mis emociones. Ellas me ofrecen toda la información que necesito para entender lo que está ocurriendo a mi alrededor.
Escucha tu cuerpo y tus emociones
¿Cuántas veces te has parado a escuchar tu cuerpo y a sentir tus emociones?¿Cuántas veces te has negado a escuchar las señales de tu cuerpo que te indican que algo no marcha bien? Un enfado recurrente, una ansiedad constante, un dolor crónico etc.
Por esta razón cuando practicamos “mindfulness” aprendemos a detener el flujo continuo de pensamientos en nuestra mente y dejamos de identificarnos con el pasado o con el futuro porque abandonamos el impulso de indagar en la causa de las cosas que nos pasan. De esta forma nos calmamos y nuestros síntomas de estrés, ansiedad y tristeza disminuyen de forma significativa. Además conectamos directamente con aquello que sentimos y nos hacemos más conscientes de lo que necesitamos y hasta dónde podemos llegar.
Además somos nosotros y no nuestro entorno los que decidimos cuales son nuestras prioridades y que ritmo podemos soportar sin enfermar. Entonces el tiempo nos cunde más, o al menos disfrutamos mucho más de lo que hacemos y no de lo que tenemos que hacer o de lo que hicimos en el pasado. Es una nueva forma de ver nuestra vida y de disfrutar de nuestro tiempo
¡El ahora se convierte en lo único importante!
Mindfulness e inteligencia emocional
¿Sabes cuál es la relación que existe entre mindfulness e inteligencia emocional?
Pués voy a contarte cuál es la relación que existe entre estos dos conceptos.
El sentido de nuestras emociones es muy importante y con “mindfulness” podemos profundizar en ellas, ya que por lo general, las personas percibimos afectivamente las “emociones negativas” (ira, enfado, rabia, miedo, asco etc.) como si de una amenaza hacia nosotros se tratase. Por lo tanto creemos que dichas emociones negativas nos perjudican y tendemos a evitarlas o rechazarlas en la medida de lo posible. Sin embargo las emociones negativas conllevan un gran valor en nuestro desarrollo, tanto a nivel personal como a la hora de relacionarnos con los demás.
Como resultado, estas emociones negativas nos aportan la información necesaria para entender lo que ocurre fuera de nosotros y así poder actuar de la forma más adecuada para nuestro bienestar y crecimiento.
Por lo tanto, cuando tienes un problema en tu vida que te afecta en lo emocional y en lo personal, tienes una oportunidad de enfrentarlo y superarlo contribuyendo a tu bienestar. Si por el contrario evitamos estas emociones en vez de afrontarlas, esta evitación puede ser perjudicial, provocando daños en nuestra salud psicosocial.
Con Mindfulness observamos las emociones y aprendemos a sentirlas, a entender su significado para finalmente utilizarlas para nuestro beneficio. De esta manera las emociones negativas pierden fuerza y dejan de atormentarnos.
Así que es posible que si ves que siempre tienes la sensación de que no te da la vida.