En el último post te hablaba de cómo identificar unos límites saludables y llegábamos a la conclusión de que para poner límites sanos es muy importante ser asertivo. Ser asertivo es una forma de comunicar a los demás nuestras necesidades sin ser agresivo o hiriente.
Estoy segura que has intentado ya en varias ocasiones, decirle las cosas al otro de la mejor forma posible y pese a eso, la discusión ha estado repleta de reproches y enfados innecesarios.
Si no somos asertivos de forma natural, porque no lo hemos aprendido en la infancia. Es muy difícil que lo vayamos a hacer de un día para otro, sólo con la intención. Es necesario practicar y para ello hay varias técnicas que pueden ayudarte a comunicarte mejor.
¿No te ha pasado nunca que hay algo que no te gusta de otra persona, te encantaría pedirle que cambiara pero por no liarla, te callas y te aguantas? Cómo resultado el día que menos te lo esperas ¡BUM¡ Explotas sin más y sueltas lo que tenías acumulado y un poquito más. Pedirle al otro que cambie no esta mal y hay que saber cómo hacerlo para obtener buenos resultados.
Pedirle al otro que cambie nunca te asegura que vaya a hacerlo, por que eso depende de la otra persona y de sus propias capacidades. Pero lo que sí que está claro, es que con la fórmula que voy a darte, por lo menos vas a poder expresar tus necesidades sin explotar y de forma calmada para finalmente dar paso a una comunicación más fluida.
Así que cómo casi todo en esta vida para aprender hacer cosas nuevas y cambiar comportamientos hay que practicar. Así que a continuación te voy a dar unas pautas con las que vas a conseguir ser más asertivo:
En primer lugar empieza tu conversación exponiendo los hechos. ¿Qué es lo que ocurre?
Por ej.
«He llegado a casa y a cocina estaba sucia»
A continuación exponle tu historia, lo que tu estas pensando a raíz de esos hechos, por ej.
«Yo la he limpiado antes de irme y me hubiese gustado no tener que volverla a limpiar cuándo he llegado, pero tenía que cocinar otra vez, así que he necesitado limpiarla de nuevo.»
Ahora es el momento de expresar cómo te sientes, por ej.
«No me ha gustado tener que volverlo a hacer y además me canso demasiado»
Y por último es el momento de la petición.
«¿Por qué no la has limpiado? ¿No crees que lo mejor para la convivencia es que cada uno limpie la cocina cuando termine de usarla?
¿Estarás de acuerdo conmigo en que cuando lees estas frases que expresan con claridad cómo te sientes , no hay una acusación directa sino mas bien una intención clara de comprender lo que pasa, para poder negociar y llegar a un acuerdo?
Por lo tanto es muy importante que siempre expongas los hechos, normalmente nos olvidamos de ellos y vamos directamente al grano. Nuestro receptor no siempre entiende de qué estamos hablando o a que viene ese reproche y suele reaccionar mal. Explicar los hechos es imprescindible si quieres tener una conversación asertiva. Así que a modo de resumen el orden sería el siguiente:
- Exponer los hechos
- Contar tu historia, lo que tu piensas sobre ese asunto
- Expresa tus sentimientos
- Hacer una petición, si lo que deseas, es pedirle algo al otro.
Esta última no siempre es necesaria ya que, a veces solo se trata de explicarle al otro cómo te sientes en relación a unos hechos. Ya verás qué si cuándo algo te preocupa en relación al otro, en vez de reaccionar, respiras y escribes lo que deseas comunicarle o pedirle, siguiendo estas pautas y asegurándote de que no estás reprochando o atacando. Llegará un momento que asimilaras esta formula en tu mente y casi sin darte cuenta serás más asertivo y tus relaciones mejorarán como arte de magia.